Revisión completa a reloj Universal Geneve Polerouter Date
En esta nueva entrada vamos a ver los pasos que hemos seguido en Servicio Técnico Relojero para realizar un repaso general y limpieza a este magnífico reloj Universal Geneve Polerouter Date.
Así era el exterior del reloj al entrar en nuestro taller para su revisión.
Y así se encontraba el interior. Con el paso del tiempo los aceites y grasas que lubrican la máquina de los relojes se secan, espesan y ensucian provocando el mal funcionamiento del mismo.
Lo primero es sacar la maquinaria del interior de la caja del reloj.
Se procede a desmontar las agujas y la esfera con mucho cuidado de no marcar ninguna de las partes.
Ahora ya se puede ir desmontando toda la máquina pieza a pieza y valorando el estado de las mismas por si estuvieran deterioradas o sufrieran algún tipo de deformación o desgaste.
Hasta dejar completamente desmontada toda la máquina.
Todas las piezas se colocan en unas cestillas especiales para su lavado y desengrasado en lavadoras específicas para tal fin.
Una vez todas las piezas están bien limpias y secas se procede a su montaje.
Aquí está lo que hace tan especial a este modelo y algunos similares, el microrotor.
Lo que diferencia a este sistema de los que llevan la mayoría de relojes automáticos es que el rotor o masa oscilante no ocupa la totalidad de la máquina. He aquí un ejemplo.
Ya está montado en la platina o base del reloj el sistema de carga con microrotor.
El muelle real se saca completamente del cubo donde se aloja. Se limpia y valora la elasticidad y dureza del mismo, si hubiera perdido alguna de éstas facultades habría que sustituirlo por uno nuevo o en buen estado. Se vuelve a alojar en su lugar y se lubrica adecuadamente y en su justa medida para que realice bien su trabajo.
Se siguen montando todas las piezas y el sistema de rodaje, aceitando adecuadamente cada una de ellas.
Se procede a montar el sistema de salto y el disco de calendario que va justo debajo de la esfera.
La máquina ya está perfectamente limpia y lubricada. Y se monta en ella el volante, el corazón del reloj.
Ya se pueden montar la esfera y las agujas del reloj.
Con la maquinaria limpia, engrasada y lista es el momento de pasar a afinar la marcha en el cronocomparador.
Llegó el momento de los exteriores, los signos del uso son evidentes, arañazos y golpes por el fondo, la caja y el cristal.
Después de pulir y un buen lavado en la lavadora de ultrasonidos este es el resultado.
Se vuelve a alojar a la máquina completa dentro de la caja y a fijarla a ella.
Y así queda el resultado final después de pasar por nuestro taller.
Comentarios
Publicar un comentario